La vasija, el cilindro y la varilla, por ese orden.
La polémica de la "pila" de Bagdad
De entre todos los descubrimientos enigmáticos relacionados
con la historia de la tecnología, quizás uno de los que ha hecho correr más ríos
de tinta es el de la así llamada “pila (o batería) de Bagdad”. Para algunos, se
trata de una prueba de que la electricidad era mejor conocida en la
antigüedad de lo que se suponía. Para la mayoría, estamos únicamente ante un curioso
objeto cuya utilidad real se desconoce, pudiendo ser desde una representación de Shiva a un contenedor de documentos. Ejemplo paradigmático de lo que se ha
venido a denominar como “objeto fuera de su tiempo” (1), su estudio no ha dejado a
nadie indiferente.
El objeto en cuestión es un pequeño jarrón de barro, de unos 15 cm de altura, que contiene en su interior un cilindro de cobre y una varilla de hierro. La boca del jarrón está unida al cilindro a través de un tapón de brea, y el cilindro está tapado en su base por un disco de cobre con los bordes doblados que sostiene otro tapón bituminoso. La costura del cilindro está soldada con una aleación de estaño. A su vez, la varilla de hierro parece haber estado revestida de una capa de aleación de plomo, y presenta muestras evidentes de corrosión.
El extraño artefacto, datado entre los años 248 a.C. y 226 d.C., cuando el actual Irak formaba parte del reino de los partos, fue examinado en 1957 por el arqueólogo alemán Wilhelm König, quién llamó la atención acerca de que el objeto tenía la apariencia de una pila electrolítica. Años más tarde, Willard F.M. Gray, un ingeniero norteamericano que trabajaba para la General Electric, construyó una réplica de la supuesta pila y experimentó con diversos electrólitos, hasta conseguir que el aparato generase una corriente de unos 0,5 Voltios empleando una disolución de sulfato de cobre. Por su parte, el egiptólogo alemán Arne Eggebrecht repitió el experimento en los años 70 utilizando zumo de uva, un electrólito mucho más accesible para los antiguos partos. En esta ocasión, el experimentador obtuvo una corriente de 0,87 V. Otros investigadores han obtenido voltajes cercanos a 1,5 V.
Estos experimentos han levantado una considerable controversia. Por un lado, algunos investigadores sospechan que el proceso de dorado y plateado al que han sido sometidas algunas joyas y otros objetos antiguos encontrados en la región podría haberse llevado a cabo utilizando electrólisis, en lugar de mediante martilleo y posterior calentamiento, por lo menos en algunos casos. Por otra parte, los escépticos argumentan que no hay prueba alguna de lo anterior, y que resultaría tan sorprendente que los antiguos partos hubiesen descubierto y utilizado el principio de la pila eléctrica unos 2,000 años antes de Volta que es preciso valorar otras alternativas. De hecho, no se ha encontrado resto alguno del conductor de corriente que hubiese servido para cerrar el circuito, ni tampoco del electrólito original, lo que prácticamente descarta que la vasija haya sido empleada como pila. Además, lo cierto es que muchos dispositivos en dónde se utilizan dos metales diferentes son perfectamente capaces de generar una corriente eléctrica en determinadas condiciones, aunque no sea ese en absoluto su propósito. Por lo demás, la escasa potencia del aparato no parece que hubiese permitido obtener buenos resultados en un tratamiento de galvanizado, a no ser que el proceso hubiese durado largo tiempo, en cuyo caso la corrosión del aparato debería haber sido mayor.
Pero si no se utilizaba para la electrólisis, ¿para qué servía semejante objeto? No tenemos respuesta para eso, y es posible que nunca la tengamos. Al igual que muchas otras piezas valiosas, la curiosa “pila” de Bagdad fue robada en el año 2003 durante el saqueo del Museo Nacional de Irak y desde entonces no ha vuelto a aparecer.
¡Hasta la semana que viene!
(1) Un “objeto fuera de su tiempo” desafía supuestamente la cronología establecida para el desarrollo de la ciencia y la tecnología. La mayoría de ellos son muy controvertidos, siendo considerados como sujeto de malas interpretaciones por parte de personas con pocos conocimientos científicos, cuando no simplemente como fraudulentos.
Nota- Texto adaptado del libro del autor: Esto no estaba en mi libro de historia de la química
El objeto en cuestión es un pequeño jarrón de barro, de unos 15 cm de altura, que contiene en su interior un cilindro de cobre y una varilla de hierro. La boca del jarrón está unida al cilindro a través de un tapón de brea, y el cilindro está tapado en su base por un disco de cobre con los bordes doblados que sostiene otro tapón bituminoso. La costura del cilindro está soldada con una aleación de estaño. A su vez, la varilla de hierro parece haber estado revestida de una capa de aleación de plomo, y presenta muestras evidentes de corrosión.
El extraño artefacto, datado entre los años 248 a.C. y 226 d.C., cuando el actual Irak formaba parte del reino de los partos, fue examinado en 1957 por el arqueólogo alemán Wilhelm König, quién llamó la atención acerca de que el objeto tenía la apariencia de una pila electrolítica. Años más tarde, Willard F.M. Gray, un ingeniero norteamericano que trabajaba para la General Electric, construyó una réplica de la supuesta pila y experimentó con diversos electrólitos, hasta conseguir que el aparato generase una corriente de unos 0,5 Voltios empleando una disolución de sulfato de cobre. Por su parte, el egiptólogo alemán Arne Eggebrecht repitió el experimento en los años 70 utilizando zumo de uva, un electrólito mucho más accesible para los antiguos partos. En esta ocasión, el experimentador obtuvo una corriente de 0,87 V. Otros investigadores han obtenido voltajes cercanos a 1,5 V.
Estos experimentos han levantado una considerable controversia. Por un lado, algunos investigadores sospechan que el proceso de dorado y plateado al que han sido sometidas algunas joyas y otros objetos antiguos encontrados en la región podría haberse llevado a cabo utilizando electrólisis, en lugar de mediante martilleo y posterior calentamiento, por lo menos en algunos casos. Por otra parte, los escépticos argumentan que no hay prueba alguna de lo anterior, y que resultaría tan sorprendente que los antiguos partos hubiesen descubierto y utilizado el principio de la pila eléctrica unos 2,000 años antes de Volta que es preciso valorar otras alternativas. De hecho, no se ha encontrado resto alguno del conductor de corriente que hubiese servido para cerrar el circuito, ni tampoco del electrólito original, lo que prácticamente descarta que la vasija haya sido empleada como pila. Además, lo cierto es que muchos dispositivos en dónde se utilizan dos metales diferentes son perfectamente capaces de generar una corriente eléctrica en determinadas condiciones, aunque no sea ese en absoluto su propósito. Por lo demás, la escasa potencia del aparato no parece que hubiese permitido obtener buenos resultados en un tratamiento de galvanizado, a no ser que el proceso hubiese durado largo tiempo, en cuyo caso la corrosión del aparato debería haber sido mayor.
Pero si no se utilizaba para la electrólisis, ¿para qué servía semejante objeto? No tenemos respuesta para eso, y es posible que nunca la tengamos. Al igual que muchas otras piezas valiosas, la curiosa “pila” de Bagdad fue robada en el año 2003 durante el saqueo del Museo Nacional de Irak y desde entonces no ha vuelto a aparecer.
¡Hasta la semana que viene!
(1) Un “objeto fuera de su tiempo” desafía supuestamente la cronología establecida para el desarrollo de la ciencia y la tecnología. La mayoría de ellos son muy controvertidos, siendo considerados como sujeto de malas interpretaciones por parte de personas con pocos conocimientos científicos, cuando no simplemente como fraudulentos.
Nota- Texto adaptado del libro del autor: Esto no estaba en mi libro de historia de la química
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