domingo, 5 de julio de 2015

Representación de Pushpaka, el vimana del rey-demonio Ravana.


La guerra atómica que nunca

existió


Si hay una convicción arraigada entre los partidarios de la teoría (por llamarla de alguna manera) de los antiguos astronautas, es la de la existencia de indicios de una guerra nuclear que habría tenido lugar en la India hace miles de años.
El mito, desarrollado en los años sesenta y setenta del siglo XX, parte de tres supuestas evidencias que han sido repetidas hasta la saciedad y que pueden encontrase en cientos de páginas web. La primera consiste en la mención que se haría en el Mahabhárata, el célebre poema épico del subcontinente, a armas de gran potencia disparadas desde astronaves denominadas vimanas, cuyos efectos serían muy similares a los de las explosiones nucleares. La segunda tiene que ver con el supuesto hallazgo, en las ruinas de la antigua ciudad de Mohenjo Daro, en Pakistán, de indicios que apuntarían a que la ciudad sufrió un ataque con armas nucleares. Estos hallazgos incluirían una especie de epicentro con bloques de roca vitrificada, niveles de radiación por encima de lo normal y esqueletos dispuestos como si sus dueños hubiesen sido sorprendidos por una catástrofe repentina. Por último, según ciertos relatos, algunos exploradores del siglo XIX y comienzos del XX se habrían topado, en ruinas sin edad perdidas en las intrincadas selvas de la India, con extraños restos de construcciones fundidas por un calor abrasador y hasta con espeluznantes cadáveres envueltos en una especie de vidrio. Todo apuntaría pues a que en el remoto pasado de la India sucedió algo verdaderamente extraordinario. El problema es que, por desgracia (o por suerte para los antiguos  habitantes del subcontinente) todo es falso.
Resulta que, en realidad, no existe ningún lugar en el Mahabhárata ni en los demás escritos antiguos de la India donde se hable de nada parecido a las armas nucleares, como puede comprobar cualquiera que se moleste en leerlos. Las famosas referencias que manejan los partidarios de la teoría de los antiguos astronautas proceden de traducciones incorrectas o alteradas, ya sea de forma genuina o intencionada, de los textos clásicos. En cuanto a los célebres vimanas, son originalmente descritos como palacios volantes de los dioses, en muchos casos enormes y llenos de lujosas estancias, provistos de ruedas y tirados por animales, a modo de carros, no siendo hasta una época muy tardía cuando empiezan a perder el tiro de los animales. De hecho, la mayoría de las descripciones de vimanas utilizadas por los partidarios de la teoría de los antiguos astronautas proceden de la traducción inglesa de 1952 de un libro, el Vymaanika-Shaastra, supuestamente escrito en 1918 por un autor al que, según él, el texto le fue revelado por un espíritu(*).
Pasando a las ruinas de Mohenjo Daro, su excelente estado de conservación ya de por si nos dice que no parece muy creíble que sufriesen una explosión atómica, cuya onda de choque tendría que haber barrido unas estructuras hechas a base de ladrillos de barro. El grupo de esqueletos encontrados juntos perteneces a épocas muy diferentes, separadas en algún caso por unos mil años, y no muestran ninguna señal de muerte repentina, sino que fueron enterrados deliberadamente, siendo su buen estado de conservación consecuencia de la sequedad del clima en la zona. Por otra parte, los niveles de radiación en la localidad son normales y los supuestos bloques de “roca vitrificada” no son más que cerámica sometida a la acción del fuego.
Con respecto a los relatos de exploradores, casi todas las referencias proceden de No es terrestre, un best seller publicado en los años setenta por un escritor y periodista italiano. En su obra, el autor se refiere a dos exploradores y un oficial británico que resultan completamente inidentificables, salvo por el parecido de su apellido con el de ciertos escritores de relatos de ciencia-ficción. En cualquier caso, no parecen existir menciones anteriores o independientes de estos relatos, ni los supuestos hallazgos han sido corroborados hasta la fecha por ningún arqueólogo.
En resumen, la historia de los vimanas y su guerra nuclear prehistórica no es más que otra leyenda urbana alimentada por ciertos escritores del siglo XX, que sin embargo lleva décadas de repercusión mediática, como demuestra el bulo que circuló hace unos años acerca de un supuesto viaje de los líderes mundiales a Afganistán por causa de… ¡un auténtico vimana encontrado en una cueva!
¡Hasta pronto!
(*) Escrito en forma de manual técnico, el contenido es una sarta de disparates.