viernes, 11 de julio de 2014

La estatuilla, en una vitrina del Museo Nacional del Cairo
 

El "pájaro de Sakkara"


En 1.898, en una tumba de la necrópolis de Sakkara, no lejos del Cairo, se encontró una estatuilla hecha con madera de sicomoro que data de finales del siglo III Ac. El objeto, que parece representar un halcón o algún otro tipo de pájaro, llama inmediatamente la atención por su sorprendente forma y por sus contornos aerodinámicos. Con 18,3 cm. de envergadura y una longitud de 14,2 cm., dispone de un ala superior recta, muy diferente a la de las aves y similar a la de muchos planeadores, además de una cola vertical más parecida al timón de una aeronave que a la cola de un pájaro. 
 
La estatuilla, de unos 40 gramos de peso, se diferencia de todas las representaciones usuales de aves procedentes del antiguo Egipto precisamente en aquellos detalles que más distinguen una aeronave de un pájaro. Por ejemplo, el objeto de Sakkara no tiene patas, ni plumas esculpidas o pintadas. De hecho, la extraña estatuilla apenas está decorada, mostrando tan solo unos pequeños ojos y algunas líneas en la parte inferior. Otra diferencia muy llamativa  es la presencia del timón vertical de cola. Las aves siempre tienen la cola “horizontal”, ya que no necesitan estabilizar su dirección porque pueden corregirla fácilmente. Los aviones, sin embargo, necesitan un timón vertical para poder mantener el rumbo. Por último, y quizás sea lo más extraordinario de todo, la sección transversal del ala muestra un diseño aerodinámico muy parecido al de un avión moderno. En la antigüedad, las representaciones de los pájaros raramente mostraban las alas con un perfil semejante.
 
Aunque en un principio pasó desapercibido (*), en el transcurso de los últimos 40 años se han llevado a cabo muchas investigaciones sobre el extraño objeto, algunas ampliamente difundidas entre el gran público por investigadores más o menos rigurosos, así como por medios de comunicación especializados, tales como el “History Channel”. La mayoría han sido realizadas por ingenieros aeronáuticos, y han incluido pruebas de vuelo y ensayos en túneles de viento sobre réplicas de la estatuilla, así como la utilización de simuladores. Todos los ensayos han mostrado resultados cuando menos sorprendentes. El “pájaro de Sakkara” no puede volar porque carece de estabilidad y presenta defectos estructurales, pero si se le añade un estabilizador horizontal en la cola se convierte en muchos aspectos en el modelo de un auténtico planeador. Es decir, aunque no vuela incluye la mayoría de los principios necesarios para hacerlo, algo sorprendente en un artefacto de más de 2000 años de antigüedad.
 
Pero, ¿para qué servía realmente esta curiosa estatuilla? Muchos arqueólogos apuntan a que se trataba de un objeto ceremonial o decorativo, o bien tan solo de un juguete. Otros estudiosos han indicado la posibilidad de que se tratase de una veleta, o incluso de una especie de “boomerang”. Sin embargo, sus características aerodinámicas han hecho pensar a algunos ingenieros en la posibilidad de que se tratase de una maqueta de un modelo de mayor tamaño.
 
¿Descubrieron los egipcios de la época helenística los principios que dan paso a la construcción de aeronaves 2,300 años antes de los hermanos Wright? Lo más seguro es que no. Puesto que no se ha encontrado ningún otro indicio de la presencia de tecnología aeronáutica en el antiguo Egipto, el extraño objeto podría no ser más que un extraordinario ejemplo de intuición por parte de alguno de los genios que proliferaban en aquella época en Alejandría, hombres que como Euclides, Ctesibio, Hiparco, Eratóstenes o Herón se encuentran detrás de descubrimientos que parecen adelantarse dos mil años a su tiempo. O tal vez las enigmáticas características del “pájaro” no sean sino fruto de la casualidad. Sin embargo, no todos piensan igual. En Washington, en el Museo Smithsonian del Aire y el Espacio, se exhibe una copia de la célebre estatuilla. El letrero que la acompaña reza así: “...los aspectos funcionales del diseño han hecho que algunos investigadores sugieran que el objeto había sido hecho con la intención de volar...” 
 
(*) A comienzos de la década de los 70 del pasado siglo, el gobierno de Anuar el-Sadat se esforzaba en ganar prestigio en el concierto internacional, y casi cualquier cosa era excusa para promocionar el país a bombo y platillo. Animado por la perspectiva de mostrar al extranjero que Egipto había sido nada menos que la patria de la aeronáutica, el entonces Ministro de Educación, Mohammed Gamal El-Din Mujtar, inauguraba en el Museo Nacional la primera "exposición de aeromodelismo" del antiguo Egipto. La muestra reunía un total de 13 antigüedades de la época de los faraones,  todas ellas más o menos relacionadas por su aspecto con el "pájaro de Sakkara".