Estatua de Ramón Llull
El "agua de vida" de Arnau y Ramón
Por curioso que pueda resultar,
el alcohol etílico, que había sido descubierto por los alquimistas árabes al
destilarlo en el siglo XI (*), no fue utilizado para preparar bebidas
alcohólicas hasta mucho más tarde. Las
primeras aplicaciones de esta sustancia, denominada como “aqua ardens” o “aqua
vitae” según el grado de alcohol obtenido en la destilación, fueron
principalmente medicinales, tal y como atestiguan los escritos de la época.
La tradición occidental atribuye
al aragonés Arnau de Vilanova y al catalán Ramón Llull el origen de la destilación del
alcohol con fines de consumo, a finales del siglo XIII o en los albores del
siglo XIV. En concreto, y aunque con el tiempo se ha discutido la autoría de
muchas de las obras que se le atribuyen, de Vilanova habría conseguido destilar alcohol
prácticamente puro, habiendo sido, asimismo, el primero en publicar en
Occidente un tratado detallado acerca de la destilación del vino. Por su parte,
Llull, o quizá alguien que escribía bajo su nombre (el llamado "pseudo-Llull") y que andaba buscando el famoso "elixir" de los alquimistas, habría
sido pionero en fomentar la utilización del “aqua ardens” para la preparación
de bebidas alcohólicas de alta graduación.
Por supuesto, tanto el vino como
la cerveza y otras bebidas con contenido alcohólico eran conocidos desde tiempo
inmemorial, pero se trataba de bebidas fermentadas, por lo general con un
contenido de alcohol relativamente bajo, raramente superior al 15%. Ocasionalmente,
ya desde la antigüedad se habían destilado bebidas
fermentadas procedentes de cereales, frutas, leche o miel, pero siempre con
carácter limitado y sin un conocimiento adecuado del papel del alcohol. Sin embargo, como consecuencia de la publicación y difusión
de los primeros tratados sobre el tema, a finales de la Edad Media se comenzó a
utilizar la destilación en gran escala para obtener bebidas impregnadas de
“aqua vitae”.
Como el alcohol era muy volátil,
los alquimistas medievales lo incluían dentro de la lista de los vapores y las
sustancias gaseosas que ellos consideraban como una suerte de “espíritus”
encerrados en la materia. Por este motivo, a las bebidas mezcladas con “aqua
vitae” se las pasó a llamar “bebidas espirituosas”.
En España pronto se popularizó la
voz “aguardiente” para referirse de forma genérica a cualquier bebida
destilada. En la misma línea, en las Islas Británicas, la expresión “aqua
vitae” fue traducida al gaélico “"usquebaugh", que fonéticamente se
convirtió en “usky” y después en el inglés “whisky”. En la Europa continental, la expresión holandesa
“brandewijn”, que significa “vino quemado”, pasó a convertirse en “brandy” y en
Rusia, a partir del siglo XVII, al compuesto de etanol y agua comenzó a
llamársele “vodca”, que significa “agüita”.
De modo que, a fin de cuentas, no
es tan raro que en España haya tantos bares, dado que es muy probable que la
industria de bebidas de alta graduación la inventásemos nosotros.
¡Hasta la semana que viene!
(*) La palabra “alcohol” procede
del vocablo árabe “Al Kohl”, que designaba al producto de la destilación del
vino por analogía con el sistema de obtención del “Kohl”, un tipo de maquillaje
de origen mineral y color negro que todavía se utiliza hoy en día.
Nota- Texto adaptado del libro del autor: Esto no estaba en mi libro de historia de la química
Nota- Texto adaptado del libro del autor: Esto no estaba en mi libro de historia de la química
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