sábado, 16 de junio de 2018

El velo imposible y las extrañas máquinas anatómicas

Imagen parcial del "Cristo Velado"


El velo imposible y las extrañas máquinas anatómicas


La famosa capilla San Severo en Nápoles, también conocida como la Pietatella, es una iglesia desconsagrada reconvertida en museo cuya historia está repleta de leyendas desde sus comienzos. Algunos dicen que está edificada sobre un antiguo templo dedicado a Isis, mientras que a lo largo de los siglos han circulado todo tipo de leyendas acerca de supuestos milagros que se encontrarían detrás de su construcción. Sin embargo, la hipótesis más plausible es la que relaciona el origen de la iglesia con el asesinato de Fabrizio Carafa, hijo de la primera princesa de Sansevero, quien habría mandado edificar un templo expiatorio en honor de la Virgen. En cualquier caso, a partir de la década de 1740 el príncipe Raimondo di Sangro ordenó su ampliación y contrató a los mejores artistas de Italia, con vistas a enriquecerla con maravillosas obras de arte.

Entre estas obras, destaca sin duda alguna el llamado “Cristo Velado”, una sensacional escultura en mármol realizada por Giuseppe Sanmartino que representa a Jesucristo después de la crucifixión, acostado y recubierto de un finísimo velo que muestra todo lujo de detalles anatómicos por debajo del mismo.

Aunque la técnica “de los paños mojados” es conocida por lo menos desde los tiempos de Fidias, la maestría del trabajo de Sanmartino es tan increíble que muy pronto empezaron a circular rumores acerca de la posible utilización de misteriosas técnicas alquímicas para la confección del velo. En efecto, Raimondo di Sangro no solamente era masón- todo el templo está repleto de simbología masónica- sino también un prolífico inventor y- se dice- un experto alquimista. De hecho, se sabe que el propio di Sangro elaboró alguno de los materiales utilizados en la ampliación de la iglesia, tales como la masilla de la cornisa que se encuentra sobre los arcos de las capillas laterales o algunos de los colores de la pintura con la que está decorada la bóveda. Así, a los ojos de muchos de los asombrados observadores del “Cristo Velado”, di Sangro habría elaborado algún tipo de procedimiento para “petrificar” el velo una vez depositado sobre la estatua, mientras que otros hablaron de un método para “ablandar” el mármol, permitiendo así que Sanmartino completase su a todas luces “inverosímil” obra.

La posible veracidad de la leyenda se vio además avalada por la presencia dentro del templo de otras chocantes rarezas, como las dos extrañas máquinas anatómicas halladas en los sótanos un siglo después de la muerte del príncipe. Estas máquinas son dos esqueletos de un hombre y una mujer (se cree que originalmente había un tercero, correspondiente a un bebé), con un modelo anatómico del sistema circulatorio. La representación de venas, arterias y capilares es tan realista que durante mucho tiempo se especuló con el uso de técnicas alquímicas de embalsamamiento y, en concreto, con una misteriosa disolución de mercurio que Raimondo habría empleado para “petrificar” los vasos sanguíneos. ¡Incluso se llegó a decir que el tratamiento se habría llevado a cabo in vivo para garantizar que el preparado alcanzase hasta el último rincón del cuerpo!

Por fortuna, estudios recientes (los propietarios de la Capilla obstaculizaron durante décadas el análisis de los restos) han demostrado, más allá de toda duda, que, aunque los esqueletos son ciertamente humanos, los modelos anatómicos fueron fabricados con una mezcla de ceras, cable metálico y fibra de seda, lo que exonera al bueno del príncipe de haber perpetrado semejante crimen. En cuanto al fabuloso velo del Cristo, está sin duda esculpido en el mismo bloque de mármol que el resto de la estatua, cosa ya confirmada por la documentación de la época.

Y es que siempre resulta más sugerente suponer que hay alquimistas y misterios de por medio, antes que admitir que el increíble talento del artista es lo único que se encuentra detrás de una de las obras cumbre de la escultura universal.

¡Hasta pronto!


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