miércoles, 24 de julio de 2013


 

El sismómetro de Zhang Heng


Los anales recopilados en el “Hou Hanshu” (“El libro de la dinastía Han Posterior”), aseguran que, hacia 132 d.C., el científico, ingeniero y artista chino Zhang Heng (78-140 d.C.), una especie de Leonardo del celeste imperio, inventó un detector de terremotos que, según la tradición, era capaz de detectar movimientos sísmicos que tenían lugar a gran distancia.
Al parecer, y a diferencia de la mayoría de sus coetáneos a lo largo y ancho del planeta, Zhang Heng opinaba que los terremotos no eran obra de unos dioses enfadados, ni de turbulencias entre el “yin” y el “yang”, sino que tenían un origen natural. Para intentar detectarlos, diseñó un aparato consistente en una especie de jarrón de unos 2,5 mts. de alto con ocho dragones pegados boca abajo en el exterior a intervalos regulares y en los que se colocaba una bola. En su interior, un péndulo vertical sujeto a una barra estaba conectado a los dragones a través de un juego de brazos horizontales, de forma que podía oscilar en cualquier dirección. En la base del aparato, enfrente de cada dragón, había un sapo con la boca abierta. Al parecer, todo el conjunto estaba hecho de bronce.
 
El aparato, conocido como “Houfeng didong yi”, se colocaba orientado al norte, de modo que cada uno de los dragones apuntaba aproximadamente hacía cada uno de los puntos cardinales, incluyendo los cuatro principales más el nordeste, el noroeste, el sudeste y el sudoeste. Cuando se producía un seísmo, el dragón que se encontraba en la dirección aproximada del terremoto dejaba supuestamente caer la bola en la boca del sapo correspondiente. Según la tradición, se trataba de un aparato muy sensible, capaz de detectar incluso temblores muy lejanos (hay referencias que hablan de cientos de kilómetros), aunque no servía para medir la intensidad del seísmo, por lo que en realidad no se trataba de un auténtico sismógrafo.
Aunque ninguna de las réplicas que hasta la fecha se han construido del ingenioso instrumento son verdaderamente funcionales (*), la mayor parte de los expertos está de acuerdo en que el objeto era real, faltando únicamente algunos detalles específicos del sistema de funcionamiento interno. Sea como fuere, la mera descripción del aparato en los textos antiguos (el “Hou Hanshu” fue escrito en el siglo V a partir de documentos anteriores) atestigua cuando menos una forma de pensar que se adelantó en casi 1800 años a los esfuerzos de John Milne y el resto de los científicos que desarrollaron el primer sismógrafo de péndulo horizontal a finales del siglo XIX.
 
¡Felices vacaciones!
 
 (*) En 2005 un equipo de investigadores chinos afirmó haber construido una réplica plenamente funcional del aparato.

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