Uno de los montajes de Mumler
Fantasmas en exposición
William H. Mumler era un joven grabador y joyero, muy aficionado a la nueva
técnica de la fotografía, que en 1861 descubrió, al hacerse un auto-retrato, como
la forma misteriosa de una chica joven aparecía de manera enigmática en el
negativo. Aunque tardó un tiempo en darse cuenta, lo que Mumler había
descubierto por casualidad no era otra cosa que el célebre método de la doble
exposición, consistente en disparar dos fotos seguidas, una detrás de la otra,
sin pasar el carrete. De esta forma, se utiliza el mismo espacio para mostrar
dos imágenes diferentes una encima de la otra, con resultados a menudo
impresionantes. Hoy en día, la técnica parece trivial, pero durante la segunda
mitad del siglo XIX protagonizó uno de los mayores escándalos de la denominada
“edad de oro del espiritismo”.
Mumler, que por aquel entonces contaba con 29 años y era muy avispado, se
dio cuenta de inmediato del potencial de la nueva técnica para engañar a los
incautos. Alan Kardec había publicado cuatro años antes El libro de los espíritus, uno de los best-seller más influyentes de todo el siglo XIX, inaugurando la
fiebre del espiritismo. Al mismo tiempo,
en Norteamérica la Guerra Civil estaba costando cientos de miles de vidas,
llevando la angustia de los familiares a buscar desesperadamente cualquier
indicio de la “supervivencia” de sus seres queridos. Al principio, Mumler hizo
correr medio en broma la noticia de que había conseguido fotografiar a una
prima suya ya fallecida, pero cuando comprobó la repercusión de la noticia decidió
abandonar el oficio de joyero, instalando un estudio primero en Boston y
después en Nueva York en donde fotografiaba a la gente potentada en compañía de
los espíritus de los difuntos.
Por supuesto, el “fantasma de la prima” no era, con toda seguridad, más que
el residuo de un negativo anterior capturado con la misma placa. Pero, por
increíble que pueda parecer, tanto esta como todas las posteriores
manipulaciones de Mumler, la mayoría de ellas consistentes en exposiciones
previas de fotografías que el antiguo grabador solicitaba a los familiares con
objeto de “facilitar la entrada en contacto” con el muerto, tuvieron un éxito
arrollador, convirtiendo al antiguo grabador en un experto fotógrafo del “más
allá” que cobraba a sus clientes cinco veces el precio de una fotografía
normal.
Sin embargo, aunque sus extraordinarios montajes conseguían convencer a
muchos escépticos, no todo el mundo se tragó los trucos de Mumler. Varios fotógrafos
se dedicaron a explorar la técnica de la doble exposición y denunciaron lo que
ellos consideraban un fraude, apuntando a que los supuestos espectros
proyectaban sombras en direcciones distintas a las de las personas reales que
aparecían en las fotografías, un indicio claro de la existencia de un montaje. Aparte
de eso, a Mumler se le acusó de robar fotos, de incluir imágenes de personas
que estaban vivas haciéndolas pasar por difuntos y de otras lindezas por el
estilo. En 1869, las quejas contra el “fotógrafo de los espíritus” desembocaron
en su detención, seguida de uno de los juicios más mediáticos de la época, en
el transcurso del cual la acusación llamó a declarar al mismísimo P.T. Barnum,
el polémico rey del show business que
mostró al tribunal lo fácil que era trucar una fotografía. Sin embargo, la
propia fama de embaucador de Barnum, responsable de fraudes resonantes como el
de la “sirena de las Fidji” o el “gigante de Cardiff”, no ayudó demasiado a la
causa y Mumler fue absuelto por falta de pruebas, algo que los partidarios del
espiritismo celebraron como una gran victoria.
Mumler continuó haciendo fotos, algunas de ellas célebres como la que le
hizo a la viuda de Lincoln con el fantasma de su marido, hasta su muerte en
1884, pero sus finanzas nunca se recuperaron de los gastos que le supuso el
juicio. Mantuvo hasta el final que sus fotografías no eran un fraude, pero
quemó todos los negativos poco antes de morir. Así, nadie ha podido comprobar
en profundidad el tipo de trucos que utilizó este auténtico maestro de la
fotografía, uno de los inventores del método de la doble exposición que puso
todo su talento al servicio de los creyentes en el “más allá”.
¡Hasta pronto!
Nota- Texto adaptado del libro del autor: Esto no estaba en mi libro de historia de la química
Nota- Texto adaptado del libro del autor: Esto no estaba en mi libro de historia de la química