Representación de Pushpaka, el vimana del rey-demonio Ravana.
La guerra atómica que nunca
existió
Si hay una convicción arraigada entre
los partidarios de la teoría (por llamarla de alguna manera) de los antiguos
astronautas, es la de la existencia de indicios de una guerra nuclear que
habría tenido lugar en la India hace miles de años.
El mito, desarrollado en los años
sesenta y setenta del siglo XX, parte de tres supuestas evidencias que han sido
repetidas hasta la saciedad y que pueden encontrase en cientos de páginas web. La primera consiste en la mención
que se haría en el Mahabhárata, el célebre
poema épico del subcontinente, a armas de gran potencia disparadas desde
astronaves denominadas vimanas, cuyos
efectos serían muy similares a los de las explosiones nucleares. La segunda
tiene que ver con el supuesto hallazgo, en las ruinas de la antigua ciudad de
Mohenjo Daro, en Pakistán, de indicios que apuntarían a que la ciudad sufrió un
ataque con armas nucleares. Estos hallazgos incluirían una especie de epicentro
con bloques de roca vitrificada, niveles de radiación por encima de lo normal y
esqueletos dispuestos como si sus dueños hubiesen sido sorprendidos por una
catástrofe repentina. Por último, según ciertos relatos, algunos exploradores
del siglo XIX y comienzos del XX se habrían topado, en ruinas sin edad perdidas
en las intrincadas selvas de la India, con extraños restos de construcciones
fundidas por un calor abrasador y hasta con espeluznantes cadáveres envueltos
en una especie de vidrio. Todo apuntaría pues a que en el remoto pasado de la India
sucedió algo verdaderamente extraordinario. El problema es que, por desgracia (o por suerte
para los antiguos habitantes del
subcontinente) todo es falso.
Resulta que, en realidad, no existe
ningún lugar en el Mahabhárata ni en
los demás escritos antiguos de la India donde se hable de nada parecido a las
armas nucleares, como puede comprobar cualquiera que se moleste en leerlos. Las
famosas referencias que manejan los partidarios de la teoría de los antiguos
astronautas proceden de traducciones incorrectas o alteradas, ya sea de forma
genuina o intencionada, de los textos clásicos. En cuanto a los célebres vimanas, son originalmente descritos
como palacios volantes de los dioses, en muchos casos enormes y llenos de
lujosas estancias, provistos de ruedas y tirados por animales, a modo de
carros, no siendo hasta una época muy tardía cuando empiezan a perder el tiro
de los animales. De hecho, la mayoría de las descripciones de vimanas utilizadas por los partidarios
de la teoría de los antiguos astronautas proceden de la traducción inglesa de
1952 de un libro, el Vymaanika-Shaastra, supuestamente escrito en 1918 por un
autor al que, según él, el texto le fue revelado por un espíritu(*).
Pasando a las ruinas de Mohenjo Daro, su
excelente estado de conservación ya de por si nos dice que no parece muy
creíble que sufriesen una explosión atómica, cuya onda de choque tendría que
haber barrido unas estructuras hechas a base de ladrillos de barro. El grupo de
esqueletos encontrados juntos perteneces a épocas muy diferentes, separadas en
algún caso por unos mil años, y no muestran ninguna señal de muerte repentina,
sino que fueron enterrados deliberadamente, siendo su buen estado de
conservación consecuencia de la sequedad del clima en la zona. Por otra parte,
los niveles de radiación en la localidad son normales y los supuestos
bloques de “roca vitrificada” no son más que cerámica sometida a la acción del
fuego.
Con respecto a los relatos de
exploradores, casi todas las referencias proceden de No es terrestre, un best
seller publicado en los años setenta por un escritor y periodista italiano. En
su obra, el autor se refiere a dos exploradores y un oficial británico que
resultan completamente inidentificables, salvo por el parecido de su apellido
con el de ciertos escritores de relatos de ciencia-ficción. En cualquier caso,
no parecen existir menciones anteriores o independientes de estos relatos, ni
los supuestos hallazgos han sido corroborados hasta la fecha por ningún
arqueólogo.
En resumen, la historia de los vimanas y
su guerra nuclear prehistórica no es más que otra leyenda urbana alimentada por
ciertos escritores del siglo XX, que sin embargo lleva décadas de repercusión
mediática, como demuestra el bulo que circuló hace unos años acerca de un
supuesto viaje de los líderes mundiales a Afganistán por causa de… ¡un auténtico
vimana encontrado en una cueva!
¡Hasta pronto!
(*) Escrito en forma de manual técnico, el contenido es una sarta de disparates.