¿Es cierta la historia de Arquímedes y los espejos?
Vamos a inaugurar este blog con un debate situado en la antigüedad.
Además del famoso
“Eureka”, la anécdota más difundida de la vida de Arquímedes es la supuesta
utilización de espejos ustorios para incendiar las naves romanas durante el
asedio de Siracusa. Y digo “supuesta” porque a lo largo de los siglos ha
existido un encendido debate acerca de si fue real o no.
A favor del sí se
encuentra la evidencia proporcionada por muchos experimentos en el sentido de
que es perfectamente posible quemar objetos grandes de madera concentrando
sobre ellos la luz del sol, ya sea mediante espejos o por otros medios. También
el hecho de que la anécdota fuese mencionada por escritores del mundo clásico de
la talla de Galeno o Luciano de Samosata, o que el sabio Teón de Alejandría se
refiriese a una obra de Arquímedes, ahora perdida, que trataba sobre los
espejos.
Sin embargo, hay
argumentos de peso a favor del no. Por ejemplo, resulta llamativo que las
primeras referencias conocidas al asunto sean del siglo II, más de 300 años
después del sitio de Siracusa. Además, los mejores historiadores romanos no lo
mencionan, ni siquiera Polibio, quien nació tan solo unos años después del
evento. Por su parte, Plutarco, en su crónica del conflicto, describe con
detalle los artilugios utilizados por Arquímedes en la defensa de la ciudad,
incluyendo postes, pesos, “manos de hierro” y “picos de grulla”, pero no habla
de ningún espejo.
Además, los experimentos
llevados a cabo apuntan hacia la necesidad de que el objetivo se mantenga
quieto en una situación de cielo despejado. Aunque lo segundo no es raro en
Sicilia, es muy improbable que los romanos anclasen sus barcos, por no mencionar
el balanceo normal de los mismos en el agua. De igual modo, es poco probable
que un líder consumado como era el cónsul Marcelo concentrase en el llamado
“Puerto Grande” de Siracusa un número de quinquerremes que restringiese mucho
su movilidad, ya que los militares romanos de la época habían estudiado el
desastre que habían sufrido los atenienses en ese mismo lugar un par de
centurias atrás. Por último, el lanzamiento de proyectiles en llamas parece un
método mucho más simple de incendiar los barcos que se acercasen a las murallas.
Si bien existen documentos
que demuestran que, al menos desde principios de la Edad Media, los ingenieros
bizantinos habían trabajado a nivel teórico en un sistema defensivo formado por
espejos, no existen pruebas de que éste fuese llevado a la práctica y, en
cualquier caso, entre estos ingenieros y Arquímedes hay un abismo temporal de
casi ocho siglos.
De modo que, ¿utilizó verdaderamente Arquímedes un sistema de espejos para incendiar las
naves romanas, o se trata de una leyenda inventada con posterioridad?
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